Hasta el
advenimiento de la modernidad, el capitalismo y su industria cultural, la mayoría
de los pueblos del mundo hablaban con lenguajes que pretendían comunicarse con
sus entornos, lenguajes que adecuaban la vida humana a los astros, las
estaciones, al agua y al resto de elementos y formas de vida. El lenguaje era
construido cotidianamente a imagen y semejanza de los procesos y ritos del
entorno natural del hombre, nos decían que el agua
es un ser vivo y generador de la vida. Por eso las nacionalidades y
pueblos originarios conversan con el agua, la trataban con cariño y la cuidaban.
Las plantas, los animales y las personas, nos necesitamos para vivir. Con el triunfo y consecuente hegemonía del
pensamiento racional-mecanicista en el mundo occidental, y su posterior
extensión al resto del mundo, comenzó el proceso de desacralización de la vida
y de la naturaleza; los seres vivos, los paisajes, las estrellas, el tiempo, el
viento, el sol y sobre todo el agua fueron convertidos en simples objetos de
estudio, en conceptos vacíos, despojados de toda forma de belleza y reverencia.
La visión mágica, poética del mundo, tan necesaria para la participación
e integración del hombre con su entorno natural, comenzó a debilitarse.
Comenzamos a perder nuestra capacidad de hablar con la naturaleza y de entender
lo que ella nos dice, ya que a pesar que el agua sigue
leyes naturales, depende del tiempo, clima y las condiciones del territorio, su
uso adecuado implica la utilización de conocimientos aprendidos a lo largo de
muchos siglos y trasmitidos de generación en generación.
En
la actualidad hay millones de niños y niñas en el mundo que sufren por falta de
agua. En el futuro habrá menos agua para vivir dos de cada tres personas no
tendrán agua suficiente para vivir, habrá menos producción de alimentos,
aumento de enfermedades infecciosas, destrucción de ecosistemas… los conflictos
sociales, serán las graves consecuencias de esta escasez.
La agricultura industrializada es uno de los principales responsables de la
creciente
contaminación
de los recursos hídricos, a la que se suman los efluentes urbanos e
industriales. El volumen de nutrientes
químicos sintéticos de la
agricultura industrializada, junto con la toxicidad de herbicidas y pesticidas,
están ocasionando un serio deterioro de las aguas superficiales y subterráneas.
A ello se suma la ausencia de un tratamiento adecuado de las aguas de los
complejos industriales, sobre todo en los territorios periféricos, donde es
prácticamente inexistente. Lo cual provoca
la creciente eutrofización y contaminación de muchos ríos y quebradas,
además de un impacto en ascenso en el mar y en las zonas litorales con presión
urbano-industrial y turística.
Pero
también las multinacionales como Nestlé, Coca Cola, Pepsi y otras irrumpen cada
vez más en el mundo del agua embotellada, al tiempo que se apropian
fraudulentamente de los manantiales y reservas de este preciado recurso. Un mercado en fuerte
expansión en muchos territorios del mundo, ya que es un gran negocio, pues su
precio suele ser más de 1000 veces al precio de la que sale por la llave o
grifo. Y ello hace que el agua
embotellada rivalice ya con el petróleo como la mercancía que genera más
dinero; un litro de agua embotellada “vale” más que uno de gasolina. Como vemos
el consumo mundial de agua dulce es enormemente desigual, está muy relacionado con los niveles de
renta, y hay más de 1000 millones de personas que no tienen acceso directo a
este recurso básico para la vida y la apropiación del agua por
algunos sectores que buscan el lucro particular como las empresas mineras,
industriales, agrícolas, transnacionales, que quitan el derecho a
la gran mayoría de las personas, plantas, animales. Es decir, le arrebatan el
derecho a la vida a la propia naturaleza. Recordemos en este día, que si hay
agua, habrá producción de alimentos, salud, ecosistemas equilibrados, personas y
comunidades que han alcanzado esa hermosa profesión de vivir y permitir que los
demás vivan con dignidad.
Gustavo Quezada Z.
SECRETARIO EJECUTIVO ROSCGAE
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por sus comentarios, lo procesaremos enseguida
ROSCGAE